Sunday, February 21, 2010

una entrada que debía

Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad… en mi teoría, ésa premisa está cubierta de un tono sarcástico verdadero.

Ayer, como cualquier otro día normal de mi vida, decidí dejarme consentir por el Sr. Dubai y nos fuimos de shopping. Mi asombro fue que no solo en cuestión de moda es un master, sino que su caballerosidad y por demás atenciones hacia mi persona fueron increibles. Pero, no todo podía ser tan genial en éste mundo, y justo antes de pedirle me ayudara a decidirme entre un vestido y una blusa, sonó mi celular y ahí estaba singular nombre que me dejó helada…

No sabía si contestar o simplemente rechazar la llamada, pero mi cara sapo asustado supongo dijo todo. Sr. Dubai con tono duro dijo: dame eso y contesta.

Torpemente rechacé la llamada y le dije: no, porque ahora estoy contigo.

Eso no funcionó de nada.

Su cara era de un molesto… y le dije: ni Gruñón le haría esos panchos a Blancanieves.

Con gran silencio incómodo, pasamo el resto de la siguiente media hora caminando por el centro comercial.

Luego, pasamos al Walmart porque yo necesitaba unos clavos para llevarlos al taller. Me dejó esperándolo en el supermarket y luego de 40 minutos y ya molesta le mandé un mensaje que decía:

Si querías vengarte por la llamda no era propio que me dejaras 40 minutos esperándote en la caja rápida. Ya me voy.

Salí toda fúrica del lugar, iba a ponerme los lentes cuando en la entrada se acerca un niño y me toma de la mano y me dice: Dice el chavo que está parado en la esquina que hoy usted se ve muy bonita, pero que se vería mejor si lleva una sonrisa… Levanto la mirada, y ahí, parado y con una bolsa de famosa tienda de ropa femenina me dice con su dedo: Ven. Cuando llego frente a él sólo me abraza y menciona: a veces soy muy niño, pero no puedes negarme la idea de que eres una persona codiciada, toma, un regalo del 12 de febrero, poruqe ya sé que no te gusta celebrar el 14.

Para la noche y luego de chelear en el taller-oficina, decido irme a ver a Afrodita. Sin boleto y sin tanto alboroto, llego a la entrada de El imperial y justo antes de pagar el boleto, me llega un mensaje: fiesta en la Roma, caéle, mucha gente y hartos amigos.

Afrodita o los amigos?

Ganaron los amigos.

Cerca de las 4 de la mañana y ya cuando muchos andaban alcoholizados, comenzaron a lloverme carrillas:

Y entonces qué Amalia, hoy mandaste el niño a dormir temprano?

O de verdad cuando llegues le cantarás a la ruruniño…

Ya, mejor otra, o tienes que levantarte temprano para ir a dejarlo a la escuela…

Sólo me daba risa.

Luego, quien me había mandado mensaje, ya borracho me dice: Vamos Amalia, no puedes andar con él… es un NI-ÑO son 4 años de diferencia, no te da hueva?

Yo sólo tomaba mi caballito y bebía.

Ya era muy insistente su tono de voz y luego su frase: Tu y yo sabemos que no eres más que una ojete… me hicieron reaccionar y dije: Si soy perra o no, es a él a quién le toca averiguar, tu ya lo sabes, así que déjame en paz.

Mierda, ahí ya me había enojadao.

Me levante, dejé 100 pesos y me despedí de los pocos que todavía tenían razón.

De repente escuché un grito de rabia que cimbró las 4 paredes del bar: como yo, NADIE te va a querer.

No volteé, sólo caminé y por arte de magia, mi celular sonó… cuando contesté sólo la voz de un españolete sexi dijo: entonces chaparra, luego de que vos sale del bar sin mayor problema, donde pasará la noche¿

Azzath habló en el momento perfecto poruqe Claudia le dijo que acababa de irme muy molesta por la actitud de los demás. 11 de la mañana en Barcelona y 4 en México, ya era una hora propia de llamar. Entonces le dije a Az: querido, crees tu que soy una perra? Y contestó: querida, eres una bitch, pero con estilo, nunca le daremos gusto a los demás, y si el gritó lo que gritó, es porque ese coño no sabe lo que vos vale, tu debes de ser tu y entonces el mundo brillará otra vez. Que si sales o no con alguien menor, eso es algo que a los demás les vale pito, tu eeres feliz y tu decidirás lo que es bueno o lo que es malo, pero tu tranquila, que la sabiduría va de la mano con la madurez.

Me hizo tanto bien, que en la siguiente esquina al tomar el taxi, la única rola que sonaba era La chica de humo…

Al llegar a casa y cepillar a Camilo, veía yo los primeros rayos de sol del día.

Entonces decidí mandar un mensaje al Sr. Dubai:

No se cómo ni cuando termine, pero hoy y mañana quiero ser parte de esa sonrisa que te caracteriza, de esos ojos de arena y de tu divertida compañia. No quiero tener un título, sólo ser Amalia para tí y Santiago para mi.

Y hoy?

Hoy tengo que salir corriendo a la presentación de un libro y luego a caminar de la mano con el Sr. Dubai…

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