una noche de fiesta

Hacia mucho tiempo que no pasaba un fin de semana sola.

Caminé largo rato por Coyo.
Gracias a Eblem mis cobijasy sábanas ahora deben de estar limpias.
Luego tomé el bus de CU y pasé por el metro.
Llegué a Banfield y pedí ver a Camilo.

Al pasar era un calor emocionante lo que sentía.
Lo vi más animado pero un poco aletargado.

Platiqué un buen rato con él y después de mucho pensarlo le dije que él debía tomar también desiciónes y yo las aceptaba.

Al salir, sentí mucho alivio.
Ya no es tan deprimente el asunto.
Pero es mi perro, mi mascota, mi compañero de sueños y el que me cuida.

Regresé a Coyo y fui a la feria del tamal.
De regreso no tenía ganas de hablar, sólo quería caminar por las calles con las que he sido guiada por Camilo.
Llegué a casa y el depa que hacía menos de 48 horas era un asco por la fiesta brutal que tuve por el cumple de M. ya no me parecía tan desconocido.
Empaqué y todo era diferente.
El que hasta hoy era mi casa ahora luce vacío... y más sin Camilo.

Ya estoy más tranquila, con paz.
Hablar con Edith y meditar con Zhahory fue de ayuda.

Creo que el coraje por la fiesta fuera de control del viernes ya está más relajado.
El piso ya no es un asco, las cubetas están limpias, el baño huele a jabón, mis discos están completos, mis puffs son blancos...
Total, la casa aún apesta a cigarro y mis sábanas ya no siguen oliendo a cerveza, pero esas cosas se limpian y pasan.

Lo que ahora necesito es terminar de empacar mis cosas... poruqe mañana estreno depa y Camilo necesita de mi visita diaria.

Sabes?
Hoy me acordé de Pedro... y por alguna razón pienso que él se acuerda de mi en el cielo y pase lo que pase, no dejará a su chaparra sola.
Así es Pedro, saluuuud! por las buenas fiestas que hicimos, por las madrugadas que pasamos juntos, por los buenos días crudos cuando despertábamos en el búnker de la habitación, salud por esos desayunos rancheros, por siestas en las almohadas al terminar de recoger la casa por las parties, salud... y salud por la compañia de Camilo.