mi abuelita también tenía triciclo

No soy un completo inútil... Por lo menos, sirvo de mal ejemplo.

Fui ayer al banco (ya saben, esa instituciónq ue nos saca dolores de cabeza... a veces)

Eran 15:55 y entré al sitio.
Justo detrás de mi cerraron la puerta.
Me fuí a sentar en los sillones porque ya sabía que me atenderían al último y para qué hacer fila?
Para qué cansarme si de todas formas sería la última en pasar.
Para todo esto, había una sola mujer atendiendo en las ventanillas,
y existían otras 3 personas en las ventanillas hablando tranquilamente,
la una le decía a la otra qué había comido y otro más coqueteaba con la primera...

Tú te preguntarás, cómo sabía yo esto si estaba sentada?
Ah! pues resulta que su tono de voz era más fuerte de lo normal... para los humanos que o teníamos ganas de enterarnos qué pasaba detrás de ventanillas.

Almenos unas 12 personas (conmigo) en el banco esperando ser atendidos...
16:05
16:15
16:20
16:30
.... y NADIE!!! pasaba,
seguían atendiendo al señor de camisa morada (sí, morada, nada de magenta, fiucsa, lila, MORADA, que acaso no saben que el morado no está de moda?)

De repente, como acto heroico, y disfrutando que haría una escena (de esas que ya no me aventaba ante tal inconformidad) me levanto -nótese que para eso ya eran las 16:40- y comienzo a hablar -más no gritar- en voz fuerte:

-Cuánto tiempo más debo de esperar para ser atendida por las señoritas que no están haciendo nada?

Como por arte de magia y pareciera que la gente esperaba eso, comienzan a gritar diversas frases:

-Sí, apúrense, qué hacen? rápido, por qué no atienden? -y no faltaron los chiflidos tan auténticos de inconformidad y típicos de las filas...-

De repente, los gritos y las molestian subían de tono.

Salió el gerente -chale! traia camisa verde... mmmta-
y nos grita a todos: Cállense! están en una institución privada!!

Mal. A éste chico no le enseñaron que con una sociedad encabronada por el mal servicio de lo que se supone lleva la gerencia... no nos puede tratar peor.

Eso fué el acabose y la gente, entre ellos una servidora, damos media vuelta y decidimos abandonar el lugar.

De repente, la puerta no abre. El policía de afuera no voltea avernos aún con los pequeños golpeteos de la puerta.

Nos encerraron!!!!
Sale el gerente y dice: nadie puede salir... hasta que hagan sus movimientos...

Quéeeeeeeeeeeeeeeeee?
Jajajajajajajajajajajajaja - ahora si querido asalariado, ya te chingaste!

La gente molesta (OBVIAMENTE), grita más.
Yo calmadamente saco mi celular (sí, lo sé, no debí de hacerlo porque estaba en un banco, pero qué mas daba) en eso marco *911 y comienzo a gritar:

-Me tienen secuestrada!!!! no me dejan salir del banco!!! estoy en Abraham González... es un Bancomer, el gerente no me dej....

Abruptamente me quita el celular uno de los empleados y grito más fuerte:

-no me dejan saliiiiiiiiiiiiiiiiiirrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!!!!!!!

Molesta le digo al monigote ese alto delgado y con ojeras de mapache mal cogido:

- a ver cabrón, dame mi celular, y no me vuelvas a tocar ni a faltar el respeto de esa forma.

El monigote tipo Tribilín, espantado, al ver mi reacción me lo devuelve se da la media vuelta y sube las escaleras corriendo...

Sólo ésto me faltaba, que un mequetrefe ose tocar mi celular!!!!!

En menos de un minutos tres patrullas estaban afuera del banco...
El policía de guardia tenía cara de asustado...
Abrieron las puertas,
preguntaron que si estábamos bien, qué había pasado...

Y el gerente en la puerta y volteando como si la virgen le hablara decía:

-Gracias por venir a Bancomer, los esperamos pronto

Y así, me salí del banco sin hacer mis transacciones, perdiendo una hora de mi vida en una institución sin trato a la gente y reconociendo que el 911 es útil y no sólo es de películas...

Por cierto, una señora al final me dijo:

-Aunque traigas falda, sé que te pones los pantalones que otros quisieran... Eres una chingona!

Jajajajajajajaja...

Chingona o no, estoy harta de que la gente que cree que tiene poder por un cargo, nos trate como animales... Además, no hubiera actuado así si las señoritas detrás de ventanillas se hubieran retirado a echar el chal a otro lado y no frente a la gente a quienes les brindan servicios.