Friday, November 27, 2009

Aladino

Caminar por el centro ha sido una terapia nocturna de apreciación visual.
Justo saliendo de la óptica y de recoger por enésima vez aquellos lentes que me han costado más que lo que puede ser una Gucci, me detuve enfrente de famosa librería amarilla.

Resistí un poco si entraba o no pues el tiempo era contado para la cita nocturna de una galería que inauguraba expo de pintura (me ahorro el comentario poruqe todo era fatal!).

Subí las escaleras poco a poco y ahí, a mi derecha encontré títulos de películas muy baratos... pero que ya había visto desde hace mucho tiempo.

Justo detrás de esa pila de dvd's, encontré el mejor de títulos: Luces sobre la ciudad.
Mi amado Chaplin con su triste mirada y su ofensiva caminata.
Levanté tal cual el empaque cuando sentí un ligero aire que entró por la principal, y ahí, parado en vestigio de estatua estaba Javier.

Nos miramos y no supimos si gritar, abrazarnos o simplemente ignorarnos... La verdad la emoción me ganó y fuí abrazarlo.
Platicamos un buen rato de todo lo que me había pasado, de lo que le había pasado, por qué regresó al DF... y del tema prohibido que a él le valió madres y se lo resumí muy brevemente para evitar persecuciones.

Quedamos que a mi regreso de viaje platicaríamos de nuestras vidas y nos pondríamos al tanto.
Una cena en mi casa y un café por el centro.
También añadió una frase que ya me parece conocida: hasta que te veo relajada!
Tomé eso como un halago, al fin, Rastita quién también anda ahora ahí en el centro, me dijo lo mismo: que chingón que ahora tengas tiempo para ti y los demás.

Sí, justo ahora salgo corriendo a buscar la nueva sede, el nuevo proyecto... y mi estreno como empresaria!.

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