No sé por donde comenzar.
Creo que fue un momento de locura, desesperación, un momento fugaz, algo qeu quiero dejar en mi mente siempre.
Ahi parada, frente al pasto, sintiendo el aire, pensaba en tí.
Pensaba e imaginaba que en algún lugar estarías preguntando que diablos ha pasado.
Cuando abordé la van, platicaba con Az por teléfono.
De repente con toda la producción tomamos otro camino para evitarnos el tráfico de Periférico.
Av. Universidad avanzaba lento y justo en ese semáforo estabas tu parado.
No sé cómo carajos lo logré pero salí de la camioneta corriendo, dejé mi celular, bajé corriendo enmedio de coches estacionados por las dobles filas y los semáforos descompuestos.
Me viste correr por la avenida en sentido contrario y vi tu caro a lo lejos con una sonrisa que NUNCA se me va olvidar.
Ahi fuiste tu el ser más lindo que he tenido en mi vida.
Al llegar a la banqueta, sólo me abrazaste y yo no dejaba de llorar.
Te pedí mil y un veces disculpas por mis tonterías, mi inseguridad, mi falta de ánimo y sobre todo, por la semana pasada.
No decías nada, sólo me abrazabas más fuerte y yo... yo lloraba y lloraba.
Ya era de tarde y me sentía cansada por las 16 horas de rodaje que tuve.
Quedamos así como media hora sin decir nada, en ese cruce, enmedio de autos y de claxons que no delimitaban el sonido del ruido.
Sólo tomaste mi mano y me diste el beso más lindo que alguien me había dado.
Me dijiste: Tenemos que hablar.
Y yo, como niña regañada, te dije: si, pero por favor no ésta noche.
Llegamos a casa en silencio... tal cual había sido todo el trayecto.
Preparé un té.
Saqué a Camilo a caminar mientras tu fuiste directo al cuarto y te recostaste.
Recuerdo que tardé en subir.
Caminaba, caminaba y no quería pensar.
Cuando regresé te dije que si ibas a quedarte a dormir y tu, tan sutil y decididamente dijiste: si nena, hoy voy a dormir aquí si no te importa, por la mañana regreso a casa.
No, no me importaba, es más, después de un rato vimos la tele, una que otra película chafona y me quedé dormida.
Sonó el celular y lo apagaste, te pedí que lo hicieras.
Ahi en la oscuridad comenzaste a tocar mi cabello, estabas cantando Good Morning Vietnam...
Con los ojos cerrados me reía y tu seguías desentonando.
De pronto sentí tu aliento en mi cuello.
Recorriste tus dedos por mi cuerpo.
Cambiamos las canciones por el sonido de nuestra respiración cada vez más acelerada.
Envolvías mi cuerpo con el tuyo.
Sentía tu piel con la mía, tu corazón agitado en mi vientre, tus labios en mis senos, tus manos en mi espalda y ahi, enmedio de ello te dije: te voy extrañar.
Sólo me dijiste: no pienses, no sueñes, sólo siente.
Creo que tu yo sabíamos lo que pasaría.
Haz sido el mejor, eso sin duda.
Dormimos como nunca, reíamos, y en aquella oscuridad de pronto nuestras caras se quedaron viéndonos frente a frente aunque suene ilógico.
Tocaba tu cara como queríendola recordar siempre y tú, tu tocabas la mía y me susurrabas que era un ángel.
Comencé a llorar y no fue necesario que dijeras nada.
Sólo me abrazaste y así quedamos en silencio.
Comenzaste a jugar con mis aretes, cual niñño pequeño con juguete nuevo.
Y así, quedamos completamente cansados y dormidos.
Yo desperté más temprano, se asomaban los pequeños rayos de sol y sabes?
no quería despertarte, ahí en mi cama eras la postal perfecta, el cuerpo perfecto, los tatuajes perfectos, tus labios perfectos, y abriste los párpados... y estaban tus ojos esmeralda.
Mierda!
Sólo nos quedamos viendo y tus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y no podía soportarlo.
Recuerdo cuando que dijiste: sabes nena? odio no haberte conocido antes, porque me he perdido tantos amaneceres contigo.
Camilo entró en la habitacion y era como si él también lo supiera.
Salió y no ladró.
Era la primera vez que no lo hacía.
Cuando el sol comenzó a salir mas, me levanté y me metí a bañar.
Me seguiste y ahí debajo del agua permanecimos un rato.
Luego comenzamos a contar chistes malos como si la tensión fuera a desaparecer.
Estaba sentada en el sofá semidesnuda mientras tu terminabas de arreglarte el cabello.
Al regresar te sentaste a mi lado y los dos viendo la ventana nos tomamos de la mano.
Dijiste: que cursis somos
Mis lagrimas comenzaron a brotar.
Y de pronto sólo dijiste:
Linda... te extrañé. Perdí tu tarjeta y al no contestarme tu cel poruqe decía que el número no existía me sentí muy solo.
No pensaba más que en tí.
Y ayer apareciste, tal cual el día en el cine.
Pero entendí que hay una brecha que nos separa.
No quiero ser como tu ex y que termines odiándome y sin hablarme.
No quiero que te sientas frustrada porque no me desarrollo como persona.
No quiero poruqe ya sé que lo pasaste.
Pero no puedo tenerte a mi lado con un berrinche. Tu eres más, yo soy mas y estamos en distintos niveles. Eso lo sabes y por ello te agradezco siempre haberme puesto un alto.
Eres la persona que quiero en mi vida, pero no sé si sea el momento.
No dijiste mas.
Yo no dejaba de ver los volcanes.
Apreté tu mano y te contesté.
No tenemos un título, pero Amalia-Santiago es lo más lindo de las historias de amor que hasta ahora he vivido.
Eres el ser mas bello que una chica desea y también no quiero que termines separándote de mi.
No quiero verte a los ojos poruqe se que ahora estás llorando y no tolero ver eso.
Quiero quedarme con la imagen de ésta mañana, con las caricias de la noche y con tu cuerpo en mi alma. Quiero, no borrarte de mi mente y recordar tu sonrisa.
No dije más.
No dijiste más.
Te levantaste.
Acariciaste a Camilo.
Me diste un beso en la frente y saliste de la casa.
Estaba anonadada.
Pasaron 10, 15, 20 minutos y sólo así supe que tuve la mejor noche de mi vida.
Así supe que no volverías y que yo no te buscaría más.
Sólo así pudimos despedirnos de ésta historia que a mí, me fascinó vivir a tu lado.
Lloré inconsolablemente.
Y ahi, en la cama cuando volví a ella estaba una nota que escribiste.
Merecemos ser felices... no porque lo soñemos, sino porque lo merecemos.
Yo te dije eso el primer día que te conocí.
Te extraño.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment