El fin de semana se terminó y las vacaciones (para algunos afortunado... comenzaron)
Éste fue el primer fin de semana que paso sin reuniones de trabajo, sin amigos aventureros, sin carga de trabajo de la semana... La verdad es que este fin terminó increíble y comenzó increíble.
Debo de hacerles una primera recomendación: visitar el centro. El viernes por la noche me aventuré a conocer una nueva galería (quién se atreve a abrir una galería con una crisis mundial?) Bueno, los hay promotores que creen en la cultura y eso es suficiente. Galería Interferencial es un proyecto que a ciencia cierta no sé quien comanda, pero tengo a un conocido que me invitó por el bendito Facebook. A él no lo vi en toda la noche, dado que la galería estaba repleta, nadie cabía, nadie salía y un calor infernal. No vi mucho, pero me pareció interesante la propuesta: el ruido.
Ya basta de decir que la música y el arte sonoro... el ruido es lo que viene. Si vivimos en una sociedad repleta de sonido, lo más obvio es que el ruido haga sus desventuras. Sin embargo, quienes permiten este espacio demuestran que la galería tiene nombre propio. No se había visto un espacio dedicado en exclusiva al sonido en todas sus direcciones, es más no había habido un espacio que dijera a ciencia cierta que para abrir necesitaban de nuestra ayuda: la donación de cassettes... No sólo eso, demostraron que la improvisación da buenos resultados.
Interferencia se ubica en 1a. Cerrada de 5 de mayo No. 14 en el PH (entre Isabel la Católica y Palma), frente al hotel Juárez, arriba del restaurante de chinos.
La velada fue increíble, salvo el mala copa que nos siguió toda la noche a mi acompañante y a mi, que incluso tuvimos que perder en el metro, aunque no fue del todo bueno, porque no alcanzamos ni el último tren. A eso auméntenle que al llegar a casa me eché una conversación hasta las 5 de la mañana... o algo así. Y recodé mucho mi visita a la galería nueva, porque después de una hora de llamada, skype te juega mal y comienza a hacer ruidos raros para que cuelgues.... y vuelvas a llamar (o almenos a mi me pasó jajajaja) Aclaro, no es queja, pero uno supone que se puede cansar y no es cierto. Ajua!
Creo que con eso queda claro que abrir un ruido, perdón un espacio de sonido en el centro (en el lugar donde mayor concentración de decibeles se halla... no tiene precio) pero vale la pena el lugar. Dense una vuelta y disfruten después de una comidilla en el salón Corona (aunque es el pretexto ideal para refrescar la garganta con una fría por los calores primaverescos de este mes)
Para el sábado, para nada cansada ni desvelada, me fui a comer con mis compañeritos de la Ibero... qué les puedo decir? que salí con dolor de mandíbula de las carcajadas que nos entonamos. Ya hasta tenemos próxima cita! creo que eso es lo que hacen las buenas generaciones de amigos! Me divertí de lo lindo, comí riquísimo y dije salud con mi tradicional margarita de manzana! ah! y la próxima parada es el vértigo en Six Flags!
A todo esto me viene a la mente que un día, un amigo me contó que en el aeropuerto de Chicago detuvieron a dos de sus amigos porque llevaban una torta de milanesa... para el camino!!!!!!! sí, los jóvenes pensaron que la comida del avión no sería buena y se embutieron dos tortotas de milanesa (y sin cebolla para que no oliera tanto) en sus equipajes de mano... obviamente no hablaban inglés muy bien y por más que le explicaron a las sobrecargos (ojo, lograron pasar hasta el avión) el olor los delató y los bajaron del avión hasta que echaran a la basura sus sagrados alimentos... así es señores, la mexican cultura gastronómica tiene su pegue.
Prosigo. Para el día de ayer (domingo) dada la situación de descanso en la que me encontraba (y que ya había regresado de la bombonera con los amiguitos y habíamos comido en la marquesa), decidí hacer lo que ya llevaba un rato sin practicar: las compras! Me dije a mi misma: vamos Amalia, sólo trabajas para ti, date un gusto. Y ahí fui. Terminé en Soho (http://www.ryp.com.mx/demos/soho/tiendas.html). Admito que me gusta la ropa de diseño, pero cuando es ropa de diseño y a buen precio, pues uno es más feliz! Y así fue. Me hice de tres vestidos poca madre! (si, también de los vestidos soy fan) y miren, la verdad que 3 vestidos comprados en Soho por menos de 1.000 pesos... tampoco tiene precio! Eso sí, creo que hice temblar a la señorita que me atendió. Eso de las combinaciones y las telas no es mi fuerte, pero se hacerlo bien, sin embargo pedir la opinión de otra mujer... es de las experiencias más graciosas. Y lo digo porque a la quinta prenda, la mujer ya no sabía si contestar mi incógnita de por qué el verde no podía ir con unos tacones grises de gamuza... Lo peor fue cuando pagué, y no por el precio,porque insisto no fue nada caro, sino porque hasta ese momento no decidía que iba a pagar y que me iba a llevar.
Sin embargo el día (domingo laaargo) no terminaba, y aunque el horario de verano hizo ciertos estragos, la verdad es que el día se aprovechó al máximo. Y para cerrar con broche de oro: que me voy al cine con mi hermano. Vimos The Reader... y ahora entiendo por qué le dieron el Oscar a Winslet. (http://thereader-movie.com).
La verdad, es que los nazis también lloraron. La película es una maravilla para defender la vergüenza. Es de esas películas que te roban el aliento porque la moraleja no radica en su final, sino en la frase: "y usted que hubiera hecho?". Creo que la magnitud de esa pregunta se desarrolla en cada segmento de la película que nos lleva a un melancolismo inocuo. Es una pregunta que se desarrolla en una sociedad que se hace pasar por "moral" y una sociedad que se cree altamente fiel a sus creencias, aunque en realidad es el miedo de perder a la familia, al amor, a la dignidad en sí.
Esa película demuestra que para la dignidad no hay edad. Que la vergüenza es parte del ser humano para el valor de las acciones.
Y no sólo eso es lo mejor de la película, sino que me quedé pensando en que yo también quiero hacer un viaje en bicicleta como el que hicieron los protagonistas...
Y para terminar la noche (seeee, ya sé, aún no termina el día... me quedé jugando con mi sobrino gran parte de la noche wii... al fin y al cabo, él ya tiene vacaciones, y yo de regreso a la realidad del trabajo.
La semana santa comenzó.
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