un ensayo sobre la apropiación de la imagen
a México
Cuando decido hacer un trabajo fotográfico sobre la relación de identidad y género en la ciudad de México, contemplo entre otros aspectos, la visibilidad de identidad del individuo.
Así, autores como Olivie Debroise escribe en Fuga mexicana la representación de la vision etnologica y arqueológica de los artistas viajeros del siglo XIX y hasta los hoy representados en el siglo XXI.
La posibilidad como medio ideal para capturar la visión romantica del paisaje nacional (fotos en el zócalo capitalino, el fondo de la Alameda, el gran árbol en el ángel de la Independencia y hasta la palmera de Reforma); el uso político y publicitario de las imágenes de los gremios de fotorreporteros (exclusivos parecen hoy en día de los noticieros y periódicos); la constitución del género como operación estética "moderna" propia de los discursos de vanguardia; la construcción del imaginario urbano de la ciudad de México y los debates suscitados en torno al género fotográfico hoy en día en el Distrito Federal.
Desde la aparición del daguerrotipo hasta las prácticas artísticas contemporáneas vinculadas al recurso fotográfico, me he empeñado a desarrollar una narrativa que se sustenta en la rigurosa idea de recopilación documental, para así adentrarnos en la cuestión del retrato, la noción de identidad sobre uno mismo que desde años anteriores siempre ha sido la vinculación entre nuestro mundo en el presente, pasado y futuro; es por ello, que la serie fotográfica que presento para dicha muestra, entabla la relación con una amiga mexicana con la que viví un periodo de 15 días.
Las imágenes no muestran mas que sus diversos rostros en diversas situaciones al despertar por la mañana. Operación que era importante ya que al levantarse lo primero que hacía era contar sus sueños y manifestar su aprobación o desacuerdo con lo que sucedía en el letargo de Eros.
Sin embargo y aunque se han reunido más de 200 imágenes tomadas desde su computador personal, sólo he decidido escoger dos días en particular: 25 de diciembre y 28 del mismo mes. Fue una media hora lenta y parsimoniosa en cada dia, empapada en toda su duración de un sentimiento de melancolía provocada por el regular tintineo de un piano en clave menor que escuchábamos esos días a manera de homenaje póstumo por un gran amigo. También se percibía un aire de ritual, porque esto era al menos parte de la finalidad conjunta del programa y de las fotografías.
Pero el rasgo más llamativo del reportaje era el contraste entre su ánimo y los sucesos que han influido su vida en las últimas 3 semanas como el recordar del 2009 y la proximidad del 2010, las entrevistas con artistas de una semana anterior, el encontrar cartas de sus exnovios, recibir mails internacionales y cartas de viejos amigos y otros no tantos y la sutileza de generar un nuevo viaje para validar su madurez intelectual y lo más importante: la llegada de su terrier.
Merecemos lo que soñamos no es más que la apropiación de la imagen de una persona que entabla el diálogo directo con su persona como la noción de su identidad en su ente: Amalia Ortiz Cortez, galerista, fotógrafa, coleccionista y amiga.
Azzath Mendizabala
________________________________ Texto de sala de la muestra:
Merecemos lo que soñamos
a exponerse en enero del 2010 en la Universidad de Geronna.
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